domingo, 11 de julio de 2010

POR UNA CULTURA DE LA VIDA

El Obispo de Sebastián, Monseñor Munilla, ha escrito un artículo sobre la necesidad de rescatar a los niños con peligro de ser abortados salvándolos "uno a uno". Por su interés destacamos algunos párrafos ahora que se ha impuesto la sinrazón del aborto.

"Salvarlos uno a uno. El 5 de julio de 2010 pasará a la posteridad como un día negro en la historia de los derechos humanos. La nueva Ley de Salud Sexual y Reproductiva (¡ironías del lenguaje!) da un marco legal al aborto libre, que de hecho ya se practicaba en España. Legalmente, el aborto ha pasado a ser reconocido como un derecho.

¿Y ahora qué? ¿Vamos a quedarnos de brazos cruzados a la espera de los recursos judiciales? ¿Acaso la “causa de la vida” se reduce a la batalla legal? ¡Ciertamente no!... En estos días he recordado una famosa frase de la Madre Teresa de Calcuta, pronunciada cuando el aborto se liberalizaba en Occidente. “No los matéis, dádmelos a mí. ¡Yo sí los quiero!”. Tampoco puedo olvidar que un periodista le preguntaba a la Madre Teresa cuál había sido su estrategia para salvar a tantos niños y desahuciados de la vida. Su respuesta, fue: “¡Uno a uno!”.

Pues bien, ha llegado el momento del “uno a uno”… La mayoría de las asociaciones provida han orientado su acción en los últimos años en esta línea. En muchos lugares ya vienen trabajando con gran éxito grupos de “rescate”, bajo la coordinación de la fundación “RedMadre”. Decenas de miles de vidas humanas han sido salvadas “in extremis”, cuando tenían ya puesta la “cita” en el abortorio. Su método consiste en dar a la mujer embarazada soluciones alternativas al sacrificio de la vida de su hijo: acompañamiento personal, ayuda económica, pisos de acogida, asistencia médica y jurídica, etc.

La batalla legal por la vida se podrá plantear nuevamente en España, con mayores garantías de éxito, cuando salgan a la luz cantidad de niños y adolescentes que han sido rescatados de las garras de la muerte. El testimonio de su gratitud por el don de la vida, será necesario para que la Cultura de la Vida triunfe en el futuro.

El triunfo de la “causa de la vida” requiere de diversas implicaciones: En primer lugar, del mundo del arte y de la cultura, por el gran influjo que tienen en la conformación de los valores. Igualmente la utilización ágil de los medios de comunicación, especialmente Internet, en favor de la vida del nasciturus, será algo decisivo.

Pero, como es obvio, la clave definitiva del triunfo de la Cultura de la Vida estriba en la educación que reciban nuestros jóvenes. En la práctica, uno de los influjos más nefastos de esta ley lo vamos a padecer en su traslado al sistema educativo. Está claro que la “causa de la vida” está unida a la “causa de la educación” y a la “causa de la familia”. Una educación íntegra jamás presentará el ideal de la libertad en contraposición al derecho a la vida de los más inocentes. No podemos convertir la libertad en una frívola licencia, porque eso destrozaría la misma Libertad, además de la Vida".

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