martes, 22 de agosto de 2023

DIOS NO CIERRA POR VACACIONES

Consejos para vivir tu fe en verano

Las vacaciones son un tiempo para descansar y desconectar de la rutina. Pero también una oportunidad única para vivirlas de una manera más intensa, profunda y sin prisas. No se trata de renunciar a la diversión o al ocio, sino de integrarnos en nuestra relación con Dios y con los demás. Aquí ofrecemos unos consejos para no perder la fe en vacaciones y vivir la alegría de creer.

1. Escucha música que te inspire. La música tiene el poder de elevar nuestro ánimo con mensajes positivos y conectarnos con nuestra espiritualidad. Hay canciones que nos hablan de la fe, la esperanza, el amor y la confianza en Dios. Por ejemplo: Broken, de Coldplay; Amén, de la familia Montaner; My sweet Lord, de George Harrison; Te vi dolor, de Marcela de María y Campos.

2. Lee versículos bíblicos que te alienten. La Biblia es el mejor libro de consejos en el que encontrarás versículos para no perder la fe en tiempos difíciles, que ayudarán a encontrar el consuelo y la fuerza cuando más lo necesites. Puedes leer Isaías 41:10, Nahum 1:7, Juan 14:27 o 2 Timoteo 1:7.

3. Ora con sencillez y confianza. La oración es el alimento de nuestra fe. Sin ella, nos alejamos de Dios y perdemos el sentido de nuestra vida. Es importante no descuidar este aspecto tan esencial. Aprovechemos los momentos de silencio, de soledad o de lectura, para entrar en diálogo con Dios y escuchar su voz, y también participar en la eucaristía dominical o diaria y acercarnos al sacramento de la reconciliación. La oración ayuda a agradecer los dones que recibimos, a pedir por nuestras necesidades y las de los demás, y a ofrecer nuestra vida a Dios.

4. Comparte tu fe con los demás. Vivir la fe no es solo un asunto privado, también es público. Estamos llamados a ser testigos de Jesús en el mundo, con nuestra palabra y nuestro ejemplo. En vacaciones podemos aprovechar para compartir nuestra fe con las personas que nos rodean: familiares, amigos, conocidos o desconocidos, siempre con naturalidad, respeto y alegría, sin imponer ni ocultar nuestra identidad cristiana. Hablemos de lo que creemos, de lo que nos motiva, de lo que nos preocupa, de lo que nos ilusiona e invitémosles a alguna actividad religiosa o solidaria y dar testimonio de nuestros valores y actitudes cristianas.

5. Celebra tu fe en la Eucaristía. La Eucaristía es el centro de la vida cristiana, el sacramento del amor de Dios por nosotros y de nuestra comunión con Él y con los hermanos. Por eso, no debemos dejar de celebrar nuestra fe en la Eucaristía, aún en vacaciones. Siempre hay una iglesia cercana para visitarla e incluso aprovechar para conocer otras iglesias o santuarios con valor histórico, artístico o espiritual. En la Eucaristía encontramos el alimento que nutre nuestra fe y nos impulsa a vivir como discípulos misioneros.

Estos son consejos para ayudarnos con la fe en vacaciones, pero seguro que hay muchos más. Lo importante es recordar que Dios no se va de vacaciones ni se olvida de nosotros; sigue estando presente y actuando en nuestras vidas. No dejemos de buscarle, de encontrarnos con Él y de darle gracias por todo lo que nos regala.

Matilde Latorre de Silva.
Verano de 2023

viernes, 11 de agosto de 2023

EN LA IGLESIA CABEN TODOS

No es nueva esta frase pronunciada por el papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Lisboa entre el 1 y el 6 de agosto de 2023. En su visita a Fátima insistió “La Iglesia no tiene puertas, para que todos puedan entrar”.

Lo del catolicismo en ruinas no es cierto, como se ha demostrado en la JMJ de Lisboa de una manera cordial, abierta y hasta divertida. Ha sido capaz de reunir a las ocho y media de la mañana de un domingo de agosto, a un millón y medio de chavales en un campo de Lisboa para asistir a la Misa oficiada por el papa Francisco. Lo hicieron porque creen en Jesucristo.

La Jornada Mundial de la Juventud lisboeta ha dejado varias lecciones, en contra de algunos tópicos. La primera ha sido la demostración de que el catolicismo sigue moviendo la mente y el corazón de los chavales, especialmente de los españoles, que eran los más numerosos y joviales de la cita.

La segunda es una simple lección de civismo: ni un solo incidente reseñable en un acto masivo. La tercera, importante, es la lección moral que les dejó el Papa, recordando a Juan Pablo II, cuando dijo: “No tengáis miedo”. Clamó porque la vida debe ser respetada siempre y en todas sus etapas; y además, clamó por la paz, por hacer el bien y por saber escuchar a los demás. Menudo ideario.

Después el papa Francisco dio ejemplo frente a la denominada cultura del «descarte». Un hombre muy mayor que estuvo hospitalizado nueve días después de una operación delicada, que padece ciática y limitaciones en sus rodillas, fue escuchado por un millón de veinteañeros y treintañeros en silencio total. Por cierto, parte del acto central se celebró en español, uno de los tres idiomas más importantes del mundo.

En definitiva, fue una demostración de fuerza de la Iglesia y de vigencia de la fe católica, que sólo los ciegos no quieren ver o incluso la atacan. Cabe recordar lo de "perdónales, Señor, porque no saben lo que hacen". Es la primera reacción que toca aplicar; la segunda es dar testimonio de nuestra fe siempre y sin complejos.

Nota final: Por primera vez en estos treinta años de historia ha estado presente la comunidad LGTBI+. Los homosexuales han tomado parte en las catequesis y en las reuniones, en línea con la reflexión del papa Francisco: “¿Por qué los homosexuales no en la Iglesia? ¡Todos, todos, todos!”

Oficina JMJ 2023 Lisboa