jueves, 7 de marzo de 2024

CRISTIANISMO ESENCIAL

A diferencia de los fundadores de religiones, Jesús no es el mensajero de Dios, no es alguien que comunica la verdad. Buda, por ejemplo, enseña una doctrina, pero Cristo, no. No sólo hay que creer en lo que dice; hay que creerle a Él.

Estando próximo el comienzo de la Semana Santa se aconseja reflexionar sobre lo esencial del cristianismo, es decir, sobre quién es Jesús de Nazaret.

El cristianismo no es (al menos principalmente) una doctrina moral; en ningún caso, un mero sistema de prohibiciones y prescripciones. Los preceptos del Decálogo no son el resultado de la voluntad arbitraria e inescrutable de Dios dirigida exclusivamente a Israel. Su contenido puede ser conocido a través de la razón, de la naturaleza humana, ya que constituye una moral natural, una ley natural. La moral obliga a todos, incluidos quienes nunca han tenido noticia de la ley mosaica. Como afirma san Pablo en el capítulo 2 de su Carta a los Romanos, «pues siempre que los gentiles, que no tienen la ley cumplen los preceptos de la ley, son ley para sí mismos, ya que demuestran que tienen escrita en sus corazones la norma de conducta puesta en la ley, teniendo por testigo su conciencia».

Aunque el cristianismo no puede reducirse a una moral, sí que añade a esta moral natural unas exigencias que van más allá de ella, que la superan. No faltan ejemplos: el sermón de la montaña, la mansedumbre, el amor al enemigo, las palabras al joven rico: anda, vende todo lo que tienes, dalo a los pobres y sígueme. Todo esto puede ser imposible para el hombre, pero no para Dios. Sólo se puede alcanzar la excelencia moral con el apoyo de la gracia divina. Aquí entramos ya en el ámbito de la fe, de la razón creyente. El cristianismo propone una heroica moral sobrenatural.

Si el cristianismo no es nada de esto, entonces ¿qué es?, ¿cuál es su esencia?, ¿quién es Jesús de Nazaret? Guardini afirma que lo que constituye la esencia del cristianismo es peculiar y exclusivo de él, no se da en ninguna otra religión. A diferencia de los fundadores de religiones, Jesús no es el mensajero de Dios, no es alguien que comunica la verdad. No sólo hay que creer en lo que dice; hay que creerle a Él. Es el camino, la verdad y la vida. No muestra el camino; es el camino. No revela la verdad; es la verdad. No nos trae la vida; es la vida. Jesús no es un mensajero de Dios; es el mensaje. Nunca se había producido una identidad semejante entre una persona y la verdad. Ser cristiano no es sólo seguir a Jesús, no es imitar un modelo; es serlo, identificarse con él, ser Él. Abundan en los Evangelios las palabras de Cristo en este sentido.

Por eso, el cristianismo es mucho más que una cuestión de aceptar o no una verdad revelada. Nos sitúa ante un abismo y ante la posibilidad del escándalo. Si el cristiano vive de la Palabra, la Palabra, el «logos», Dios es Cristo, un hombre. La resurrección casi deviene algo natural, pues la verdad es inmortal. Lo esencial del cristianismo es una paradoja. ¿Es preciso decir que el cristianismo no es una teoría? El cristiano no se limita a seguir, a imitar a Cristo, sino que es en Cristo. Ser en Jesús de Nazaret. En esto consiste ser cristiano.

Ignacio Sánchez Cámara
Doctor en Derecho

martes, 20 de febrero de 2024

EL CUARTO MISTERIO

“Jesús sube al Calvario con la Cruz a cuestas”.


Pilato lo sentenció y mandó que lo crucificaran: "Tomaron a Jesús, y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota, y allí, le crucificaron" (Jn.19, 16-18). Esto da luz al Cuarto Misterio Doloroso.

La Imagen de Jesús Nazareno con la Cruz a cuestas es una de las devociones más arraigadas entre las Cofradías Penitenciales. “Desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano”. No en vano, la subida de Jesús hacia el Calvario encarna la plenitud del Misterio de la Cruz.

Mediado el siglo XVI las Cofradías de Jesús Nazareno notaron la gran devoción que suscitaba la Imagen. Los fieles veían un Dios que sufría, y a la vez cercano, y el pueblo, en general, se identificaba con el Nazareno cargado con la Cruz como ejemplo de exaltación de la penitencia. Las expresiones barrocas de las tallas estimularon el gran apoyo popular en los dos siglos siguientes.

Fue la Orden de los Dominicos la que difundió la advocación del Dulce Nombre de Jesús ligada al misterio de Jesús cargado con la Cruz, e impulsó las Cofradías de Jesús Nazareno superando la Exaltación de la Vera Cruz. También los franciscanos, los agustinos, algunos gremios y la Escuela de Cristo propagaron igual devoción.

Siguiendo el Evangelio las reglas de las cofradías establecían que la estación de penitencia comenzaba el Viernes Santo al salir el sol. La Imagen Sagrada vestía prendas lisas y parcas, sin adornos, y su expresión era fiel al mensaje de la Pasión. Los nazarenos lucían hábitos de penitencia de color morado, los pies descalzos, rostros cubiertos con el capirote, y caminaban portando cruces, en silencio, o rezando “Eres nuestro auxilio y protector” (Sal.33). Se acentuó la fraternidad humana merced a una devoción que se extendía más allá de los límites de las creencias personales.

Venerar a la Imagen de Jesús con la Cruz a cuestas hace de escudo protector ante el dolor, la amargura o los sinsabores. Para los creyentes, y no creyentes, es el propio aliento de Dios que los alivia de sus pesares. El arte cristiano ha esculpido una Gracia que invita a implorar su protección.

Era normal que las Cofradías de Jesús Nazareno participasen activamente en los oficios de Semana Santa, en el Lavatorio, en el Vía Crucis, en el Monumento, en el Descendimiento, y en las procesiones recreaban el drama sacro en un ambiente de recogimiento, donde el “paso” de Jesús cargado con la Cruz era preeminente.

En este primer tercio del siglo XXI aun goza del prestigio alcanzado durante épocas pasadas. Superadas ciertas reticencias la presencia de Jesús cargado con la Cruz se asume con naturalidad pese a que los ritos de Semana Santa han cambiado. El rostro de Jesús se sigue reconociendo por el dolor de un hombre camino de la Cruz. Quién camina hacia el Calvario, es Dios hecho Hombre, despreciado y humillado, pero a la vez piadoso, clemente, misericordioso y protector. Loado sea.

José Giménez Soria

miércoles, 7 de febrero de 2024

DOMINGO POR LA MAÑANA

El fin de semana es el peor invento del hombre, salvando el domingo por la mañana, ideado por Dios para santificar la fiesta.

Entre semana, con los niños en el cole o en la guardería, tengo todo el ancho del día para trabajar, conversar con los amigos y apurar un café. El lunes pasa con la mirada perdida; el martes y el miércoles las rutinas se adueñan de las horas; la amanecida del jueves y el viernes es de otros mimbres. A este último algunos llaman san Viernes. El sábado tiene la ventaja de que no hay que madrugar, salvo que sea “puente” y haya que devorar kilómetros. Depende.

Aunque el lunes empieza a mejorar, no a tope todavía, el bofetón melancólico del domingo por la tarde todavía duele. El martes mantiene su estatus de segundón, salvo si cae en trece y entonces saca su artillería de día gafe, o sea de mala suerte.

Mantengo que el fin de semana es el peor invento del hombre, pero habría que salvar el domingo por la mañana que lleva aparejado su mandamiento de santificar la fiesta. Dejo aparte el domingo por la tarde, pues lo más probable es que ni siquiera sea domingo, sino un intento de octavo día engurruñado que envenena a quien tiene que atravesarlo para llegar al lunes.

Los domingos por la mañana son otra cosa, no madrugo, me levanto, desayuno en familia y no hago gran cosa, ni siquiera enciendo el ordenador. Preparo el desayuno a la chiquillería –pan con Nocilla– y se inicia el protocolo de ir a misa.

Lo mejor para la salud de mi alma y de la de los feligreses, sería dejar los niños en casa porque en la iglesia alborotan, juegan en el confesionario y persiguen al limosnero hasta la sacristía para soltarle su euro; se mosquean con los del banco de atrás, se pelean a menudo o les da por llorar en mitad de la consagración. Pese a todo los llevamos para que se acostumbren y para que el catolicismo se les meta dentro. Luego, cuando lleguen a la juventud y por una cosa u otra dejen de ir a misa, noten en los domingos un hueco, una falta, una incómoda ausencia. Con la costumbre de hoy intentamos garantizar el remordimiento de mañana.

Además, aunque no tenga cantos y el sacerdote sea tan triste como la aciaga tarde que se nos viene encima, la misa dominical siempre irradia alegría como rayos la custodia. Y esa alegría armoniza con la chispeante y enternecedora vitalidad que los niños desparraman por defecto. Sales de la iglesia sin haberte enterado de nada, pero comulgado y más contento de lo que entraste. Estoy tentado incluso a decir que mi día preferido de la semana es el domingo por la mañana, el domingo-domingo. Eso sí, en caso de serlo, el martes estaría justo detrás, pisándole los talones.

José M. Contreras Espuny

viernes, 19 de enero de 2024

DORMIR BAJO UN TECHO DE CARTONES

Los mendigos nos resultan seres invisibles. La pobreza convive en las calles con el consumismo más derrochador; un contraste poco edificante.

Refiere un amigo madrileño que cuando baja a trabajar por la mañana, -aún está activo laboralmente-, ve a cuatro personas sin hogar dormitando en los mismos lugares. Uno con pinta de africano está arrebujado en lo que parece un saco de dormir remendado; más allá se encuentra una anciana con una bolsa donde guarda sus pertenencias, que le pide para un café. Un poco más lejos ve a un hombre que duerme metido en una caja de cartón y ya en las inmediaciones de su oficina hay una especie de campamento donde tres vagabundos están entretenidos ojeando un periódico gratuito que reparten en el metro. Para mi amigo es una rutina familiar y suele pasar de largo, o todo lo más le da un euro a la anciana.

Que haya gente que duerme en la calle en cajas de cartón, ocurre en muchas ciudades sin que los peatones les hagamos caso. Los soportales de los edificios cercanos a las estaciones del ferrocarril o de autobuses, son el refugio preferido para instalar sus techos de cartón amparados por la cubierta de esas galerías que les amortigua el frio y les libra de la lluvia, o bien se cobijan en el cuchitril de los cajeros. A algunos se les ve muy pobres, a otros desarraigados o sin familia, una situación de la que no se libra ninguna ciudad. No gozan de las preferencias de algún servicio municipal que practique la caridad. Para algunos políticos son un estorbo por su mala imagen. Los muy pedigüeños asiduos de las puertas de las Iglesias se benefician de las limosnas de los que acuden a Misa o a rezar.

Sin embargo, hay que decir que muchos de los que ocupan los soportales o los cajeros huyen de Caritas, de los asilos o de los albergues municipales – si los hay- porque prefieren vivir su libertad durmiendo al raso. Son poco dados a la disciplina y les disgusta estar encorsetados. Muchos transeúntes los socorren con unas monedas y van tirando. De día deambulan por las calles de la ciudad y con las monedas que recogen se apañan con un bocata, un cartón de vino o una lata de cerveza. A llegar la noche se ponen al resguardo de los cartones que recuperan de la noche anterior.

Sobre la ayuda a las personas necesitadas y sobre las obras de caridad, ya san Pablo escribió a los corintios “Lo mismo que sobresalís en todo -en fe, en la palabra, en conocimiento, en empeño y en el amor que os hemos comunicado- sobresalid también en obras de caridad. No os lo digo como un mandato, sino para comprobar, mediante el interés por los demás, la sinceridad de vuestro amor”. (2Cor.8,7-8)

Un buen cristiano no debe derrochar sus dineros y sí socorrer a esas personas.

J. Giménez Soria

miércoles, 3 de enero de 2024

ORAR LAS 24 HORAS DEL DIA

Echar una parrafada con Dios de vez en cuando, conforta. Es un buen propósito para hacerlo al empezar el año, y si no se encuentra una iglesia abierta, que puede ocurrir, se hace un alto en el lugar de trabajo, y vale. Dios escucha en lo escondido. 

Para facilitar este propósito en España hay más de 70 capillas de Adoración perpetua abiertas las 24 horas del día. Las más reciente se abrieron el año pasado en Fuenlabrada, Lucena, Herencia, Gerona, Madridejos y Málaga; y están previstas otras nuevas, como la de Vilassar de Mar, en Barcelona.

En la travesía de Belén, en el madrileño barrio de Chueca, hay una puerta que no llama la atención. Está frente a varias tiendas de accesorios y por la apariencia del edificio nada parece indicar que ahí se puede acudir a rezar las 24 horas del día todos los días de la semana. Sobre la puerta luce un cartel que dice: “Capilla `cachito de cielo´”.

El lugar, regido por las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada, siempre atentas y disponibles, es una capilla con mucho encanto, abierta las 24 horas, donde se lee “Jesús te espera” y se siente la presencia acogedora de Dios.

Justo Antonio Lofeudo, sacerdote de la diócesis de Orihuela-Alicante, explicó en el programa De par en par que la Adoración perpetua es como una respuesta al primer mandamiento de la ley de Dios: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”.

Todas estas capillas están llevadas por laicos y se ubican en el centro de las ciudades para que cualquier persona pueda ir a estar con el Señor en cualquier momento del día o de la noche. En ellas se expone a Jesús Sacramentado los 365 días del año. En muchas, como en la malagueña del Carmen de Huelin, los adoradores se organizan por turnos para que siempre haya alguno. Los turnos son de una hora fija semanal, pero si no se puede acudir por alguna razón, los adoradores se ocupan de buscar quien cubra el hueco.

En un mundo lleno de problemas, estrés y ruido es difícil encontrar un espacio para desarrollar nuestra relación con Dios. Las capillas de Adoración perpetua son ese espacio donde se encuentra paz y donde escuchar las respuestas del Señor.

Clara González
Redactora de Religión y Graduada en Historia
y Periodismo por la Universidad San Pablo CEU

miércoles, 20 de diciembre de 2023

ÁRBOL GENEALÓGICO DE JESÚS

                                                         Jesús, Hijo de Abrahán, Hijo de David, Hijo de José

Abrán, por designio de Dios, marchó con Saray hacia Canaán, la tierra prometida. Como Saray era estéril, Abrán tuvo un hijo con su sierva Agar, al que llamó Ismael. Viendo Dios la aflicción de Abrán, hizo fecunda a Saray y tuvieron un hijo, Isaac. Dios llamó Abrahán, padre de muchas naciones, a Abrán, y a Saray la llamó Sara.

El evangelista Mateo arranca el árbol genealógico de Jesús en Abrahán, al que siguió Isaac casado con Rebeca, hija de Betuel, que vivieron en Guerar. Al ser Rebeca estéril rogó a Dios y le nacieron dos hijos Esaú y Jacob. Isaac dijo a Jacob: «Vete a Jarán a casa de tu abuelo Betuel. Que Dios te bendiga, te multiplique y llegues a ser una multitud de pueblos». En Jarán Jacob se enamoró de Raquel, hija de Labán, y la pidió por esposa, pero Labán le dio a Lía, la hija mayor, de la que nacieron Rubén, Simeón, Leví y Judá, y luego Isacar y Zabulón. Con su sierva Bilá, Jacob tuvo a Dan y Neftalí y con su otra sierva, Zilpa, tuvo a Gad y Aser.

Entretanto Raquel rogó a Dios que la hiciese fecunda y tuvo un hijo que llamó José. Al nacer éste marchó con sus hijos a Canaán, donde nació Benjamín, el último. Los hijos de Jacob formaron las doce tribus de Israel.

La tribu de Judá se asentó en la región sur de Jerusalén. A Judá le sucedió Fares, y sucesivamente catorce generaciones hasta Jesé, el padre del rey David, al que siguió Salomón. Entre David y José, el padre de Jesús, pasaron unos 1010 años y otras tantas generaciones hasta Jacob, el padre de José, esposo de María, de la que nació Jesús. Jesús pues, aparece como hijo de Abrahán, hijo de David, -así fue conocido entre los judíos-, e hijo de José, procedente de la tribu de Judá.

El evangelista Lucas llama Helí, hijo de Matat, al padre de José, también en la rama de David. Se explica la diferencia por la ley del Levirato. Helí y Jacob eran hermanos y al morir Helí sin hijos, Jacob tomó por esposa a la viuda y de ambos nació José. La madre de José, abuela paterna de Jesús, no se menciona en ningún texto.

En cuanto a los padres de María, los abuelos maternos de Jesús, el Protoevangelio de Santiago los sitúa en Jerusalén. El abuelo llamado Joaquín, perteneció a la tribu de Judá y al linaje de David, y tomó por esposa a Ana, hija de Isacar, de la misma tribu y descendiente del sacerdote Aarón. Después de muchos años sin tener hijos, Dios les concedió descendencia gracias a sus oraciones y nació María.

Según los apócrifos, María conoció a José por medio de los sacerdotes del Templo. Sus padres concertaron su unión y celebraron sus esponsales cuando María cumplió la edad establecida.

Fuentes: Evangelios de Mateo y Lucas, y Protoevanglio de Santiago

jueves, 23 de noviembre de 2023

ENTREVISTA DEL PAPA FRANCISCO

Hace meses se cumplieron diez años del pontificado del papa Francisco. En todo ese tiempo ha visitado a varios países; ha hecho santos a unas 900 personas y ha dado entrada en la curia a más laicos y mujeres. También ha sido criticado.

 

En una entrevista realizada al diario ABC abordó algunas cuestiones de actualidad e hizo balance de esa década. Esto es lo más destacado

Sobre su renuncia: "Firmé mi renuncia en caso de impedimento médico"
       El Papa Francisco revela que al inicio de su pontificado entregó al entonces secretario de Estado Bertone una carta en la que declaraba su renuncia en caso de impedimentos graves y permanentes de salud que le imposibilitaran ejercer su función de obispo de Roma y pastor de la Iglesia universal. En 2013 era secretario de Estado el cardenal Tarcisio Bertone, a quien el papa Francisco entregó la carta de renuncia, y seguramente la entregó al cardenal Pietro Parolin, el nuevo secretario de Estado.

La guerra en Ucrania: enorme crueldad

No falta una reflexión sobre el conflicto en Ucrania, contra el que el Papa afirma sin rodeos: "Lo que está ocurriendo en Ucrania es aterrador. La crueldad es enorme. Es muy grave...". Para Francisco no hay "un final a corto plazo a la vista": "Esto es", dice, "una guerra mundial". No lo olvidemos. Hay varias manos implicadas en la guerra. Es global. Creo que una guerra se libra cuando un imperio empieza a debilitarse y cuando hay armas que utilizar, vender y probar. Me parece que hay muchos intereses en juego". Sobre las veces que se ha pronunciado contra la guerra, dice: "Hago lo que puedo. No escuchan", responde. Y añade: "Lo que está ocurriendo en Ucrania es muy grave. Y es lo que denuncio continuamente". El Papa confirma que recibe y escucha a todos: "Zelensky me ha enviado a uno de sus consejeros religiosos. Estoy en contacto, recibo, ayudo...".

 Diplomacia vaticana: su arma es el diálogo

La labor del Papa se mueve en sincronía con la realizada a nivel diplomático por la Santa Sede. En este sentido el Vaticano es tan cauto a la hora de pronunciarse contra regímenes totalitarios como el de Ortega en Nicaragua o Maduro en Venezuela. "La Santa Sede siempre intenta salvar a los pueblos. Su arma es el diálogo y la diplomacia", responde el Papa Francisco. "La Santa Sede nunca va sola. Se expulsa. Siempre intenta salvar las relaciones diplomáticas y salvar lo que puede salvarse con paciencia y diálogo".

 

Abusos: "Un solo caso es monstruoso"

Nada de diplomacia, sin embargo, por parte del Papa para estigmatizar los casos de abusos del clero: "Es muy doloroso, muy doloroso", dice en referencia a los encuentros con las víctimas que han jalonado su pontificado. "Son personas destruidas por quien tenía que haberlas ayudado a madurar y a crecer. Eso es muy duro. Aunque hubiera un solo caso, es monstruoso que la persona que te tiene que llevar a Dios te destruya en el camino. Y sobre esto no hay negociación posible".

 

El papel de la mujer

La entrevista va hacia temas de carácter más "eclesial", empezando por un posible papel de vértice para una mujer en la Curia romana. "Lo habrá", asegura Francisco. " Tengo prevista una para un dicasterio que quedará vacante. Nada impide que una mujer guíe un dicasterio en el que un laico puede ser prefecto". "Si es un dicasterio de índole sacramental, tiene que presidirlo un sacerdote o un obispo", aclaró el Papa.

 

Cónclaves futuros

A continuación, habla de una polémica: el trabajo de futuros Cónclaves podría verse dificultado por la falta de conocimiento entre los cardenales que ha creado, procedentes de lugares distintos y distantes. Es cierto que podría haber problemas "desde el punto de vista humano. Pero ahí el que trabaja es el Espíritu Santo”, explica el Papa. Y recuerda la propuesta de un cardenal alemán en las reuniones de agosto sobre el Praedicate Evangelium "de que en la elección del nuevo Papa se hiciera solamente con los cardenales que viven en Roma". "¿Eso es la universalidad de la Iglesia?", se pregunta el Obispo de Roma.

 

Benedicto XVI: un santo, un gran hombre

En cuanto a su relación con su predecesor Benedicto XVI, "un santo" y "un hombre de alta vida espiritual", como le describe el Papa, "edificado" por su mirada transparente. "Tenía buen humor, era lúcido, muy vivo, hablaba bajito, pero seguía la conversación. Me admiraba su inteligencia. Era un grande.". El Papa Francisco, por su parte, asegura que no tuvo intención de definir el estatus jurídico de Benedicto XVI: "Tuve la sensación de que el Espíritu Santo no tenía interés en que yo me ocupase de estas cosas".

 

La cuestión política

En cuanto al papel que la Iglesia debe mantener en asuntos de la política, subraya: "Lo que no puede la Iglesia es hacer propaganda de un lado o de otro, sino acompañar al pueblo para que encuentre una solución definitiva". En la misma línea, el Papa reitera que: "Cuando un cura se mete en política, no va bien... El sacerdote es un pastor. Debe ayudar a las personas a tomar buenas decisiones. Acompáñalas. Pero no seas político. Si quieres ser político, deja el sacerdocio y hazte político".

 

Releer la historia con la interpretación del tiempo

Sobre la reinterpretación negativa del Descubrimiento de América, Francisco invitó a interpretar un acontecimiento histórico según aquel con tiempo y no con el actual. “Evidentemente se mató gente y hubo explotación, pero también los indios se mataron entre ellos. El ambiente de guerra no lo exportaron los españoles. Y la conquista fue de todos. Yo distingo colonización de conquista. A mí no me gusta decir que España conquistó. Discutible, todo lo que se quiera, pero colonizó". 

 

El Motu Proprio sobre el Opus Dei

Por último, una mención al Motu Proprio Ad Charisma tuendum sobre el Opus Dei. "Algunos -comentó el Papa Francisco- han dicho: "¡Por fin el Papa se los ha dado al Opus Dei...!". No les di nada. Y otros, en cambio, decían: "¡El Papa nos invade!". Nada de esto. La medida es una deslocalización que había que resolver. No está bien exagerarlo, ni hacerles víctimas, ni hacerles culpables de que se les haya castigado. Por favor. Soy un gran amigo del Opus Dei, quiero mucho a la gente del Opus Dei y trabajan bien en la Iglesia. El bien que hacen es muy grande".

Tertulia Nazoreo

lunes, 6 de noviembre de 2023

PARABOLAS

No son fábulas ni cuentos infantiles, son breves narraciones de fácil comprensión cuya finalidad era el anuncio del reino de los cielos.

Jesús de Nazaret predicó hablando un lenguaje fácil de entender para que las gentes sencillas que lo seguían captaran su mensaje A veces se valía de las parábolas para enseñar la moral y las buenas costumbres, aunque también usaba un lenguaje directo para resaltar las virtudes o los vicios del comportamiento humano.

Benedicto XVI señala en su libro Jesús de Nazaret I, que «el Señor nos quiere invitar en todas las parábolas, de diversas maneras, a creer en el reino de Dios, que es Él mismo».

Las parábolas están planteadas para ser de fácil comprensión. Se basan en hechos u observaciones de la naturaleza y de la vida cotidiana del pueblo, que ayudaban a captar la escena. Como escribe Marcos (4, 33-34): «Con parábolas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado».

En el siglo XXI puede resultar complejo entender estas breves narraciones debido al desfase temporal y cultural, y hasta pueden resultar escandalosas, pero ahí está la novedad del mensaje de Jesús. Un mensaje que las más de las veces invitaba a la reflexión por sentirse aludido: «El que tenga oídos para oír, que oiga».

Para comprender las parábolas se requiere tener fe en Jesús, de lo contrario entenderemos lo obvio, pero no lo evangélico.

«Con las parábolas, Jesús, acerca al pensamiento de aquellos a los que se dirige una realidad que hasta entonces estaba fuera de su alcance. Mostrará cómo, en una realidad que forma parte de su ámbito de experiencias, hay algo que antes no habían percibido. Mediante la comparación, acerca lo que se encuentra lejos, de forma que con el puente de la parábola lleguen a lo que hasta entonces les era desconocido» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret I).

                                                                                                                                Verónica Dalda López.                                                                                                                                       Escritora 

 

viernes, 13 de octubre de 2023

UNA MUJER CRISTIANA

Hace días asistí al funeral de la madre de un amigo, y un momento tan triste para un hijo, se convirtió en una hermosa celebración y motivo de esperanza.

Conocí a esa madre hace más de seis años y solo la traté en un par de ocasiones. Nos unía la fe y la misma mirada sobre el mundo, un vínculo difícil de romper. Le tomé mucha estima y las palabras del sacerdote fueron ni más ni menos las que tenía que decir: la verdad sola, sin la nata que se añade en estas ocasiones.

El sacerdote no hizo un panegírico de la difunta, ni se olvidó de pedir oraciones por su alma, ni dejó de hablar del Evangelio. Pero tampoco calló cómo era la madre de mi amigo, un ejemplo de mujer, y para más inri una mujer cristiana. Esas mujeres se descubren a la legua. Cuando uno se cruza con una de ellas la admira, de ahí la importancia de honrar su memoria. En la época de mi bisabuela abundaban esas mujeres, pero en estos tiempos de feminismo rampante ya es mucho que no desaparezca la mujer por completo.

No quisiera aderezar lo que no necesita aderezo, solo ser lo más fiel posible a las palabras del sacerdote de cómo era esa mujer cristiana.

Era muy de iglesia, pero no una beata sin carácter. Cuando vivía de cerca una injusticia, defendía la verdad con determinación. Cuidó a los sacerdotes, como lo prueba que seis la despidieron en el funeral celebrado en Madrid. El cuidarlos no era solo ponerles plato en la mesa y ayudarlos en la parroquia, también era hacerles una corrección fraterna cuando tocaba. No callaba si se trataba de las cosas del Señor, le podía su amor a Él y a ellos, aunque conllevara situaciones incómodas. Los corazones transforman las personas dispuestas a defender verdades incómodas, y no las que dicen mentiras bonitas.

Era una mujer inteligente y culta que siempre quiso ocupar un lugar discreto. Podría haber saltado de parroquia en parroquia dando charlas sobre distintos temas, pero le bastó con ayudar en la catequesis y mantener impolutos los ornamentos litúrgicos de la suya, otra de sus grandes preocupaciones: tratar al Señor con la dignidad que merece. La intensidad y fidelidad con que vivió su relación con el Señor fue el mejor testimonio para su familia que se fue impregnando de sus virtudes cristianas.

Cuando el sacerdote habló de ella me vino a la cabeza mi bisabuela y me alegré de ver que todavía quedan mujeres como ellas. La fe se transmite con la leche materna y, si no hay mujeres fuertes y con vocación como las que en 1936 alentaron a sus hijos a dar la vida en defensa de Dios y la Religión, la fe de una familia se apaga. El matriarcado ha propagado la fe generación tras generación, y si ahora intentan asemejarse al varón, ponen en peligro esta transmisión milenaria.

Acompañemos, protejamos y hagamos que salgan a la luz las mujeres cristianas, y recemos por la madre de mi amigo, para que el Señor la tenga en su gloria y asista a las que permanecen todavía en este valle de lágrimas. 

                                                                                                Jaume Vives. Periodista

viernes, 29 de septiembre de 2023

PARTICIPAR EN LA MISA

Con frecuencia se oye decir “Voy a oír Misa”, siendo más correcto afirmar “Voy a participar en la Misa”, porque quien acude a una Iglesia donde un sacerdote celebra la Santa Misa, participa en ella, o debe participar en ella. Lo contrario sería como ir al cine y ser un simple espectador de la película.

La celebración de la Misa sigue un ritual. La preside el sacerdote celebrante, le ayudan el diácono, los acólitos y los lectores, y los fieles participan. La Misa tiene dos partes diferenciadas: La Liturgia de la Palabra, centrada en las lecturas bíblicas y en la oración de los fieles, y la Liturgia Eucarística que comprende la Consagración y la Comunión hasta el final.

El documento titulado «Ordenación General del Misal Romano» expone lo que se celebra en la Misa y detalla cada una de sus partes y las posturas, gestos, vestiduras y lugares, a tener presentes. Es un conjunto de normas y explicaciones para que los fieles participantes en la Misa lo hagan de forma adecuada, y sientan y comprendan que la celebración sirve para su santificación y para dar gloria a Dios.

Salvo por razones de salud u otras circunstancias, hay que guardar determinadas posturas en el curso de la Misa. En posición de pie, se estará desde la entrada del sacerdote hasta el inicio de las lecturas; en el aleluya, en el Evangelio, en el credo, en la oración de los fieles y desde la oración sobre las ofrendas hasta el final. Se podrá estar sentado durante las lecturas bíblicas -salvo en el Evangelio-, en la homilía, en la preparación del altar y antes de que empiece la oración después de la Comunión. Finalmente se estará de rodillas en la Consagración desde la invocación del Espíritu Santo, cuando el sacerdote extiende las manos sobre el pan y el vino, hasta la aclamación: “Éste es el sacramento de nuestra fe”, y después de comulgar.

Todas las posturas tienen un significado. Ponerse de pie es señal de respeto hacia el celebrante y de reconocer la Palabra de Dios en el Evangelio. La postura de rodillas se identifica con penitencia, con adoración, y estar sentados es postura para la escucha, -las lecturas bíblicas- y meditación, después de la Comunión. Las posturas manifiestan la participación en la Misa y no vale acomodarlas por conveniencia.

Otra faceta de la celebración Eucarística son los gestos. El más común es la Señal de la Cruz con la que empieza y termina la Misa. Es el símbolo de la Redención. Tras el Padrenuestro se hace el Saludo de la Paz con un apretón de manos y un saludo. Por último, se aconseja hacer una Señal de reverencia antes de recibir de pie la Comunión. Este gesto es un cumplido al Señor que se ofrece como alimento espiritual.

La participación en la Misa implica también que los fieles respondan a los saludos y diálogos del celebrante al finalizar las lecturas y el salmo. Así mismo se unirán a las oraciones del sacerdote, diciendo “amén”, e igualmente dirán al final de la plegaria Eucarística: “Por Cristo, con él y en él...etc.”

En la Misa los colores de las vestiduras litúrgicas muestran el tiempo litúrgico. El Blanco es propio del Tiempo Pascual, de Navidad, de celebraciones de la Virgen María y de los Santos no mártires. El Morado, color de penitencia, se usa en Adviento, Cuaresma y en Misas de difuntos. El Rojo se utiliza en las Misas del Espíritu Santo y de los Santo Mártires. El Verde es para el Tiempo Ordinario y el Azul es exclusivo de la Inmaculada Concepción.

Participar en la Santa Misa es un acto de adoración y alabanza a Dios, que representa la Ultima Cena del Señor y su Muerte en la Cruz.


Juan Manuel Sierra López 

Doctor en Liturgia y Profesor. Universidad San Dámaso

miércoles, 6 de septiembre de 2023

PRESENCIA REAL DE CRISTO EN EL SAGRARIO

En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía están contenidos
 
verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre de Cristo;
por tanto, Cristo se hace presente como Dios y hombre,
y es preciso darle culto de adoración con el mayor respeto.

La Iglesia, consciente de la presencia real de Cristo en la Eucaristía, coloca el Sagrario en lugar preferente del templo para que se manifieste esa presencia real y se tome conciencia de su adoración. Se identifica por la lamparilla encendida y ante él se deben observar las formas correctas: silencio, recogimiento y actitud orante.

Infelizmente se dan momentos de escasa o ninguna reverencia ante el Sagrario, bien por parte de los fieles, o por descuido del clero.

Uno de esos momentos ocurrió en la JMJ de Lisboa: tres jóvenes rezando ante el Santísimo, desgraciadamente amontonado en unos enormes túperes de plástico. Este es el testimonio de la joven Savannah Dudzik, que viajó desde Florida.

 

“El sábado por la tarde tuvo lugar la alabanza y la adoración en el Campo de Gracia de la Jornada Mundial de la Juventud. Mi amiga y yo volvíamos de esta celebración cuando vimos unas grandes cajas grises sobre una mesa, y alrededor de ellas, dos o tres personas estaban rezando. Yo estaba confusa. Ni mi amiga ni yo sabíamos a quién rezaban.

 

Una señora dijo: «Jesús. Jesús está ahí», y en ese momento me enfadé: ¿Cómo os atrevéis a faltar al respeto a nuestro Señor? ¿Qué creéis que estáis haciendo? Ponerlo en una caja con ningún respeto... ¡La gente pasa de largo y no sabe que está ahí!

 

De regreso al campamento yo estaba enojada, pero mis amigas y yo decidimos que teníamos que hacer algo en lugar de enfadarnos. Agarramos nuestros rosarios, volvimos a Jesús y rezamos allí un rosario en pro de Su Sagrado Corazón.

 

En mi humilde opinión, es una vergüenza colocar la Eucaristía para el culto en un recipiente tan indigno, y una vergüenza que muchos de los jóvenes ni siquiera supieran que ese era Jesús -que vino y sufrió y murió por ellos- y ¡que debían postrarse ante Él en adoración!

 

Cuando se adora a Jesús, siempre debería estar en un Sagrario o expuesto en una custodia. He hablado con varios sacerdotes de este caso y todos están de acuerdo conmigo. Uno incluso me dijo que en la Misa de miles de personas en la Plaza de San Pedro se utilizan enormes copones de oro para albergar a Jesús.

 

El hecho de que el 70% de los católicos ni siquiera crea en la presencia real de Cristo en el Sagrario hace que este caso sea más triste. ¿Cómo se supone que los jóvenes vamos a creer que Jesús está realmente aquí cuando se nos presenta así?

 

Amo nuestra fe católica y a nuestro Magisterio, pero quiero oír una declaración de obispos y sacerdotes. Dígannos, a los jóvenes de todo el mundo:

 

¿Por qué se mostró así a Jesús?

 

Di varios días a los obispos, a los organizadores de la JMJ y a algunos secretarios episcopales para responder. No recibí ninguna respuesta, y decidí hacer público mi testimonio”.  

                                                                                            Testimonio de Savannah Dudzik

martes, 22 de agosto de 2023

DIOS NO CIERRA POR VACACIONES

Consejos para vivir tu fe en verano

Las vacaciones son un tiempo para descansar y desconectar de la rutina. Pero también una oportunidad única para vivirlas de una manera más intensa, profunda y sin prisas. No se trata de renunciar a la diversión o al ocio, sino de integrarnos en nuestra relación con Dios y con los demás. Aquí ofrecemos unos consejos para no perder la fe en vacaciones y vivir la alegría de creer.

1. Escucha música que te inspire. La música tiene el poder de elevar nuestro ánimo con mensajes positivos y conectarnos con nuestra espiritualidad. Hay canciones que nos hablan de la fe, la esperanza, el amor y la confianza en Dios. Por ejemplo: Broken, de Coldplay; Amén, de la familia Montaner; My sweet Lord, de George Harrison; Te vi dolor, de Marcela de María y Campos.

2. Lee versículos bíblicos que te alienten. La Biblia es el mejor libro de consejos en el que encontrarás versículos para no perder la fe en tiempos difíciles, que ayudarán a encontrar el consuelo y la fuerza cuando más lo necesites. Puedes leer Isaías 41:10, Nahum 1:7, Juan 14:27 o 2 Timoteo 1:7.

3. Ora con sencillez y confianza. La oración es el alimento de nuestra fe. Sin ella, nos alejamos de Dios y perdemos el sentido de nuestra vida. Es importante no descuidar este aspecto tan esencial. Aprovechemos los momentos de silencio, de soledad o de lectura, para entrar en diálogo con Dios y escuchar su voz, y también participar en la eucaristía dominical o diaria y acercarnos al sacramento de la reconciliación. La oración ayuda a agradecer los dones que recibimos, a pedir por nuestras necesidades y las de los demás, y a ofrecer nuestra vida a Dios.

4. Comparte tu fe con los demás. Vivir la fe no es solo un asunto privado, también es público. Estamos llamados a ser testigos de Jesús en el mundo, con nuestra palabra y nuestro ejemplo. En vacaciones podemos aprovechar para compartir nuestra fe con las personas que nos rodean: familiares, amigos, conocidos o desconocidos, siempre con naturalidad, respeto y alegría, sin imponer ni ocultar nuestra identidad cristiana. Hablemos de lo que creemos, de lo que nos motiva, de lo que nos preocupa, de lo que nos ilusiona e invitémosles a alguna actividad religiosa o solidaria y dar testimonio de nuestros valores y actitudes cristianas.

5. Celebra tu fe en la Eucaristía. La Eucaristía es el centro de la vida cristiana, el sacramento del amor de Dios por nosotros y de nuestra comunión con Él y con los hermanos. Por eso, no debemos dejar de celebrar nuestra fe en la Eucaristía, aún en vacaciones. Siempre hay una iglesia cercana para visitarla e incluso aprovechar para conocer otras iglesias o santuarios con valor histórico, artístico o espiritual. En la Eucaristía encontramos el alimento que nutre nuestra fe y nos impulsa a vivir como discípulos misioneros.

Estos son consejos para ayudarnos con la fe en vacaciones, pero seguro que hay muchos más. Lo importante es recordar que Dios no se va de vacaciones ni se olvida de nosotros; sigue estando presente y actuando en nuestras vidas. No dejemos de buscarle, de encontrarnos con Él y de darle gracias por todo lo que nos regala.

Matilde Latorre de Silva.
Verano de 2023

viernes, 11 de agosto de 2023

EN LA IGLESIA CABEN TODOS

No es nueva esta frase pronunciada por el papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Lisboa entre el 1 y el 6 de agosto de 2023. En su visita a Fátima insistió “La Iglesia no tiene puertas, para que todos puedan entrar”.

Lo del catolicismo en ruinas no es cierto, como se ha demostrado en la JMJ de Lisboa de una manera cordial, abierta y hasta divertida. Ha sido capaz de reunir a las ocho y media de la mañana de un domingo de agosto, a un millón y medio de chavales en un campo de Lisboa para asistir a la Misa oficiada por el papa Francisco. Lo hicieron porque creen en Jesucristo.

La Jornada Mundial de la Juventud lisboeta ha dejado varias lecciones, en contra de algunos tópicos. La primera ha sido la demostración de que el catolicismo sigue moviendo la mente y el corazón de los chavales, especialmente de los españoles, que eran los más numerosos y joviales de la cita.

La segunda es una simple lección de civismo: ni un solo incidente reseñable en un acto masivo. La tercera, importante, es la lección moral que les dejó el Papa, recordando a Juan Pablo II, cuando dijo: “No tengáis miedo”. Clamó porque la vida debe ser respetada siempre y en todas sus etapas; y además, clamó por la paz, por hacer el bien y por saber escuchar a los demás. Menudo ideario.

Después el papa Francisco dio ejemplo frente a la denominada cultura del «descarte». Un hombre muy mayor que estuvo hospitalizado nueve días después de una operación delicada, que padece ciática y limitaciones en sus rodillas, fue escuchado por un millón de veinteañeros y treintañeros en silencio total. Por cierto, parte del acto central se celebró en español, uno de los tres idiomas más importantes del mundo.

En definitiva, fue una demostración de fuerza de la Iglesia y de vigencia de la fe católica, que sólo los ciegos no quieren ver o incluso la atacan. Cabe recordar lo de "perdónales, Señor, porque no saben lo que hacen". Es la primera reacción que toca aplicar; la segunda es dar testimonio de nuestra fe siempre y sin complejos.

Nota final: Por primera vez en estos treinta años de historia ha estado presente la comunidad LGTBI+. Los homosexuales han tomado parte en las catequesis y en las reuniones, en línea con la reflexión del papa Francisco: “¿Por qué los homosexuales no en la Iglesia? ¡Todos, todos, todos!”

Oficina JMJ 2023 Lisboa

lunes, 24 de julio de 2023

UNA IGLESIA PARA LOS TURISTAS

El otro día andábamos por las calles de Segovia, disfrutando de esa maravilla de ciudad, esculpida por el hombre para dar gloria a Dios. Como eran fiestas, la alegría se respiraba por doquier.

Una de nuestras paradas fue en la catedral, situada en la plaza mayor, donde el pueblo disfrutaba de una charanga. Pensamos que sería una buena idea entrar a saludar a Aquel en honor de quien se habían levantado los edificios más bellos de la ciudad.

La entrada de la catedral era el lugar más fresco de todo Segovia. Todo nos llevaba a que dentro podríamos tener un rato de oración de lo más agradable. Pero nuestros propósitos se truncaron en el control de acceso, parecido al de un museo o exposición, por que, cuando preguntamos dónde podíamos rezar, nos contestaron sin pudor alguno: «La catedral solo está abierta al turismo». O sea que, para entrar a rezar, teníamos que pagar.

Fue inútil razonar con las chicas del control, la decisión no era suya, se limitaban, muy eficazmente, por cierto, a cumplir órdenes. Nos dijeron que, si queríamos rezar, la catedral estaba abierta a las diez de la mañana, cuando se celebraba la misa.

Salimos a la plaza mayor y nos unimos a la charanga que la Comisión de Fiestas había contratado para que los segovianos y los turistas disfrutaran gratis. Era una fiesta muy animada, con familias, música, cerveza, gente bailando y unos músicos que, a las seis de la tarde, seguían animando a los allí congregados. ¡Qué milagro el de la música, capaz de alegrar el corazón y elevar el alma!

Pero volviendo a lo nuestro, entiendo que la catedral tenga que afrontar unos gastos muy elevados, pero no debería ser a costa del que quiere entrar a rezar un rato. Quizá debiera haber una contraseña para que los católicos de aquí y del otro extremo del mundo pudiéramos entrar gratis, si lo que queremos es rezar. Ni siquiera haría falta poner un rótulo en la puerta. Sería suficiente con no cerrar el paso a los que piden entrar para dicho fin.

Hay que pensar primero en los de casa, y luego salir al encuentro de los demás. Imaginemos una fiesta pensada para los turistas y no para los del lugar. ¡Qué tristeza! Casi tanto como una iglesia abierta solo para el turismo. Algunos parecen haber olvidado que las catedrales se construyeron para dar gloria y culto a Dios.

Jaume Vives
Periodista

Comentario: Muchas iglesias parecen pasarelas para el curioseo con chavalas que entran semidesnudas y hombres con bermudas y chanclas, hablando con el móvil. Falta decoro. En el Pilar de Zaragoza, con entrada libre, todo el mundo habla alto, riendo, haciendo fotos y con las gorras puestas, como en una feria.