domingo, 5 de octubre de 2014

EL AMOR AL PRÓJIMO

Toda la ley de Dios se resume en una frase: “Amarás a Dios y al prójimo como a ti mismo”, palabras que los evangelistas citan como respuesta del Señor a un maestro de la ley que le preguntó cuál era el mandamiento mayor de todos. (Mc 12, 29-31). Al oír esto el maestro de la ley dijo, “¿Y quién es mi prójimo?”. Jesús respondió con la parábola del buen samaritano.  

Más tarde San Pablo ha dejado escrito: “De hecho, el no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás y cualquiera de los otros mandamientos, se resumen en esto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Rm 13,9)

Amar al prójimo se hace prestando ayuda material o espiritual a los que la necesitan, como son las personas sin hogar, los menesterosos, los parados o familias enteras que tienen necesidad de alimentación y vestido, o de una acogida cercana que les haga sentirse personas de Dios.

Cáritas es la institución que gestiona esa labor social y caritativa encomendada por la Iglesia Católica. En el año 2013 Cáritas atendió más de dos millones y medio de personas en situación de exclusión social en España y otras tantas en naciones subdesarrolladas, invirtiendo en ello 291,3 millones de euros en distintos programas de ayuda repartidos dentro y fuera de España. La cifra proviene en un 75% de aportaciones privadas, la mayoría donativos de particulares, que han aumentado respecto al año anterior porque ha habido mayor contribución de jóvenes y personas mayores para paliar las dificultades de nuestros prójimos. Por contra los fondos públicos aportados han disminuido un 11%. Son datos de la Memoria de 2013 de Cáritas.

La labor de Cáritas no sería posible sin la participación de 78.000 voluntarios que trabajan sin percibir ninguna remuneración, una forma de “amor al prójimo”, que no es noticia de telediario.  

Pero esta actividad no puede quedarse en prestar ayudas materiales. El amor al prójimo exige también acercarse a los que sufren en soledad y necesitan el consuelo de una grata compañía.

Cuando el Señor dijo a sus discípulos “Dadles vosotros de comer”, para alimentar a los que le seguían por un descampado, este mensaje, que también hoy se dirige a todos, “implica tanto la cooperación para resolver las causas de la pobreza, como los gestos de solidaridad ante las miserias que nos encontremos”. “Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrase en la sociedad”. (Evangelii Gaudium 187 y 188)

Cáritas se distribuye por toda España en Cáritas Diocesanas y Parroquiales, al servicio de los hermanos más débiles, que son atendidos por generosos voluntarios. Si queremos colaborar, sabed que donde hay una parroquia allí encontraremos a Cáritas al pié del cañón.

La conducta cristiana hay que manifestarla en el amor al hermano solidarizándose con él, pues si esto falta, vana será nuestra relación con Dios. Así lo dice San Juan: “Si uno tiene bienes del mundo y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?”. Primera carta: (1Jn 3,17).