martes, 20 de diciembre de 2022

LOS SIMBOLOS DE LA NAVIDAD

Muchos de las luces y los adornos que vemos en las calles desde los primeros días de diciembre indican que se acerca la Navidad, la fiesta que pregona el Nacimiento de Jesús en Belén. Entre tanto ornato no faltan los reclamos publicitarios en plan atractivo comercial y turístico, pero pese a que la tradición navideña se está desvirtuando, aún prevalece la ilusión de dar luz al Misterio de Belén, dando significado a los símbolos de la Navidad.

El Misterio de Belén


Representa el nacimiento de Jesús. En una gruta María es la Madre que contempla a su Hijo.
El ángel de Dios le había pedido que fuese madre y Ella asintió con estas palabras: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Junto a María está José, el padre protector de su familia al que se representa con un cayado y siendo un hombre justo aceptó la voluntad de Dios. Junto con el Niño, recostado sobre paja en un pesebre entre la mula y el buey, forman la Sagrada Familia, el símbolo que recuerda la historia de este acontecimiento: Dios se hizo hombre y nació de una mujer para hacerse presente en el mundo. El belén compendia la escena evangélica; fue ideado en 1223 por san Francisco de Asís e introducido en España por el rey Carlos III.

La mula y el buey
      Aunque en los evangelios no hay referencias a la presencia de estos animales en la gruta de Belén, la tradición, que data del siglo XIII inspirada en el texto de Isaías: El buey conoce a su amo y el asno el pesebre de su dueño; Israel no me conoce, mi pueblo no comprende” (Is. 1,3), los sitúa junto al pesebre.

El pesebre

El pesebre simboliza la pobreza que el Hijo de Dios eligió para sus primeras horas de vida terrena. Tiene su origen en san Francisco y además de la pobreza indica la humildad, la modestia y la austeridad con que vivió Jesús hasta su muerte.

Los ángeles
      Son los precursores de la Buena Nueva. Primero el ángel Gabriel anuncia a María que de ella nacerá el Mesías; después habla en sueños a José sobre este acontecimiento y más tarde otro ángel indica a los pastores que ha nacido el Salvador. Luego entonan el Gloria.

Los pastores

Acampados al raso velando sus rebaños, dicen: «Vayamos a Belén y veamos lo que ha sucedido» (Lc. 2,15). Acuden y ven a una mujer joven y a un hombre joven con un Niño que duerme profundamente. Son los primeros testigos.

La estrella
      La estrella guió a los Magos hasta la gruta donde nació Jesús. También revela que Jesús es la luz del mundo. La estrella que ilumina la Nochebuena es la señal de que estamos llamados a ponernos en camino para llegar a la gruta y adorar al Niño.

Los Reyes Magos
       Solo el evangelista Mateo hace referencia a los Magos. Aquellos sabios de oriente se pusieron en camino para conocer a Jesús y ofrecerle regalos: oro, por ser Rey; incienso, por ser Dios; y mirra, por ser Hombre. Representan a todos los pueblos de la tierra que no dudan en arrodillarse para adorar a Dios. En el siglo VII se les dio los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar.

Otras figuras como las del herrero, el panadero, el que carga leña o las mujeres que lavan simbolizan lo cotidiano. Comparten la alegría de hacer de manera extraordinaria las cosas de todos los días, igual que Jesús comparte con nosotros su vida divina.

La Misa del Gallo
      Recibe este nombre porque se celebra a medianoche, con el canto del gallo. Es la más popular de cuantas se celebran entre el 24 y el 25 de diciembre y está vinculada a la reliquia del pesebre que se conserva en la basílica de Santa María la Mayor de Roma. Su origen se remonta al papa Sixto III en el siglo V. La Misa del Gallo reaviva las raíces cristianas de la Nochebuena y despierta la conciencia religiosa de la Navidad.

 

martes, 6 de diciembre de 2022

EL CRISTIANISMO NOS MUEVE A LA ALEGRÍA

De la entrevista hecha al Prior del Valle de los Caídos

Santiago Cantera Montenegro por José María Sánchez Galera 

–Hace unas semanas se ha celebrado la Solemnidad de Todos los Santos y la Conmemoración de los Fieles Difuntos. Pero cada vez son más quienes a esos días los denominan Halloween.

–La institución de la celebración de los Fieles Difuntos –para orar por quienes están en el Purgatorio– se debe, fundamentalmente, a un abad benedictino, San Odilón de Cluny, en el siglo XI. Lo bonito del mensaje cristiano en ambas fiestas es el triunfo de Cristo sobre la muerte, sobre el pecado, sobre el demonio. Estamos llamados a la vida eterna y podemos interceder por aquellos que todavía no la han alcanzado. Esta fiesta de Halloween, por el contrario, incide en la fealdad, en el horror de lo monstruoso. Es indicio de paganización y, además, resulta ajeno a nuestra tradición cultural. Sin embargo, el cristianismo nos habla de la gloria de los santos y la felicidad. El cristianismo es una religión que nos mueve a la alegría. Por supuesto, desde la penitencia y el arrepentimiento de nuestros pecados. Pero destaca la alegría de saberse perdonado, de saberse amado.

–¿Qué aconseja usted a un laico para su vida espiritual diaria?

–Lo primero sería acentuar el sentido de la presencia de Dios, cuidando de momentos de oración y de lectura espiritual. Puede ser el rezo de las Horas del Oficio Divino, sencillas jaculatorias, pequeñas oraciones, pequeñas elevaciones del alma hacia Dios. Lo segundo es el cuidado de la vida sacramental, sabiendo que los sacramentos son la vía ordinaria de la gracia. En tercer lugar, enfocar toda nuestra actividad y nuestras obligaciones familiares, sociales, laborales, desde esta mirada de Dios. También aconsejo la lectura de los escritos del hermano San Rafael Arnaiz, un monje de nuestro tiempo que vivió poquito la vida monástica, pero se penetró de ella. Profundo y sencillo al mismo tiempo.

Santiago Cantera, monje benedictino y teólogo,
es Prior de la Abadía Benedictina del Valle de los Caídos.
Autor de la entrevista: José María Sánchez Galera, Escritor y licenciado en periodismo. Noviembre de 2022