lunes, 26 de junio de 2023

CAMBIO CLIMATICO: LIBROS RECOMENDADOS

La Iglesia nos recuerda que debemos cuidar el medio ambiente porque el ser humano es administrador de la Creación, como lo es de la vida, la propia y la ajena, y es inadmisible el aborto y la eutanasia. Sobre estos aspectos recomendamos tres libros.

Juego, ecología y trabajo. Tres temas teológicos desde las enseñanzas de san Josemaría Escrivá (Eunsa) Rafael Hernández Urigüen. El autor hace un ensayo amplio y didáctico sobre ello.

La España del silencio. Novelas del mundo rural y la naturaleza (Almuzara) Borja Cardelús y Muñoz-Seca. La ágil pluma del escritor descubre la sencillez del medio ambiente, de lo que allí se vive y del respeto a esa vida.

San Francisco de Asís (Encuentro) G. K. Chesterton. De San Francisco de Asís, patrón de los animales y de los ecologistas, el autor afirma que tuvo a las personas y a la naturaleza como hermanos menores, a los que amaba por Dios.

Veamos las mentiras del cambio climático. El último ladrillo en el muro es el cambio climático, o desastre climático, como lo definen los humanofóbicos apocalípticos, que no se empachan en repetir lo poco que nos merecemos el planeta y la tierra baldía que dejaremos a nuestros hijos. Estos socorristas dejan en evidencia sus malogrados augurios catastróficos y han demostrado década a década ser unos falsarios. Hagamos un repaso.

En los años 50 una corriente científica aseguraba una época glacial a partir de los 70. Sin embargo, en esa década el discurso giró 180 grados y el debate comenzó a hablar de que los cambios del clima llegarían en breve y serían hambre y miseria para todos. Un discurso, que, junto a la liberación de la mujer, y por lo tanto del sexo libre, facilitó que cuajara un mensaje pacifista de haz amor y no la guerra. El mensaje salía en ciertos medios y nunca brilló con luz propia entre la comunidad científica.  Avisaba de la brusca caída de alimentos cosechables, lo que provocaría una guerra sin precedentes entre todos los hombres del mundo por la poca comida que se pudiera conseguir.

En la década de los 80 nuevas corrientes de muerte nos avisaron de que, por culpa de la actividad humana, se estaba rompiendo la capa de ozono que protege de los rayos del sol, y que todos moriríamos. La batalla se libraba contra el aire acondicionado, los aerosoles, los incendios provocados, los lugares donde se concentraba la humanidad, etc. Al estar el agujero sobre el casquete polar Ártico, se descongelaría e inundarían ciudades, pueblos y campos de labor. Otra vez el miedo y los agoreros del fin del mundo en contra del hombre. Pero el mundo, la tierra, el planeta azul, seguía sobreviviendo y como los años pasaban y nada sucedió, los mandatarios del mundo, a finales de los 90 se buscaron un profeta a ver si le hacían más caso. Y surgió un tipo llamado Al Gore, que con la película Una verdad incómoda, obligatoria para todas las cadenas televisivas alienadas, trató de la salvación del mundo. Ya no era el hambre, ni el cielo, sino el inminente calentamiento global que desertizaría los países, los ganados morirían de sed y de hambre, los ríos se desecarían y todos desapareceríamos.

Han pasado los años y, como tampoco se han desertizado los bosques ni el ganado yace muerto en tierras secas, ha surgido un nuevo conejo de la chistera en la década de los años 20 de siglo XXI. Una muñeca títere de 16 años llamada Greta nos da lecciones de que no somos conscientes del  cambio climático, y lo hace con otra maniobra muy popular en todo el planeta: el plástico. Mares inmensos de plástico que matan a las especies marinas, ríos embalsados convertidos en cloacas por tanta basura plástica que tarda centenares de años en biodegradarse -¡y lo peor!-, otra vez moriremos todos porque los plásticos que tiramos los engullen los peces que luego comemos. ¿Qué será lo próximo?

Pues, menos Greta y Al Gore, y más san Francisco, por favor.

Humberto Pérez Tomé
Junio 2023

jueves, 8 de junio de 2023

¡LUCHA POR TUS HIJOS!

Del Diario Online, Adelante España, ve este extracto que, sobre la “nueva” educación de los hijos, escribe la escritora Alicia Beatriz Montes Ferrer.

La ideología de género no es sólo de católicos, hay padres ateos que tampoco aceptan que estén inmiscuyéndose en el terreno educativo con sus hijos en cuestiones tan sensibles y personales. Para los católicos es un grave atentado contra nuestra fe por lo que estamos llamados a defender a nuestros hijos de este adoctrinamiento. La educación de los hijos es nuestra responsabilidad y no podemos mirar hacia otro lado.

 

No sé qué hace falta que ocurra para que los padres despierten y se levanten de su cotidiana vida en la que parece que les importa más que el hijo esté cubierto de cosas materiales dejando al margen su interioridad. Hay chavales que no aceptan su físico, o su forma de ser, o sus circunstancias familiares, pero en lugar de recibir ayuda, solo encuentran desprecio. Si a esto sumamos la información que les llega por las redes sociales, la televisión y el centro escolar sobre el género, le están sirviendo en bandeja la solución a su angustia interior. Se encuentran rodeados de lobos sin nadie que les ayude a salir de esa situación.

 

¿A qué se debe el silencio abrumador de nuestra sociedad? ¿Acaso no observamos cómo están atentando contra la vida de los más indefensos? El vaciamiento de una conciencia moral recta, de principios estables y fundamentales para la vida que percibo a mi alrededor, considero la causa más directa. Vivimos en una sociedad enferma que solo vive encerrada en sí misma, en su propio bienestar, sin importarle lo más mínimo los demás, so pena por algún interés personal.

 

Han despojado de alma a millones de personas que viven presas de la búsqueda del placer, del dinero y el culto al cuerpo. Creyéndose libres viven más esclavizados que nunca. Les han arrancado la verdad, les han convertido en fieles y dóciles esclavos que aplauden las medidas progresistas de unos déspotas sin escrúpulos, que les entierran a ellos, y a toda la sociedad, en un océano de mentiras.


La hipersexualización desde edades tan tempranas está llevando a una sociedad que todo lo pase por la bragueta, a que la pornografía sea el rato de relax de miles de adolescentes y a que el aborto sea el método anticonceptivo de los adolescentes que juegan a tener sexo con el riesgo de poder ser padres a esas edades.


La Constitución Española ampara a los padres contra las mentiras que se les explican a los niños mediante la ideología de género. No es el único documento que puede ayudar a luchar en esta batalla en defensa de los menores. También el art. 26.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el art. 18.4 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el art. 2 del Protocolo Adicional Nº1 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y el art. 14 de la Carta de Derechos tienen efectos jurídicos directos y superiores a la legislación ordinaria en España.


Hay modos que en el centro escolar se imparte la visión distorsionada del sexo mediante la idea del género, enseñando a los alumnos el poder elegir a ser niña o niño y a practicar el sexo consigo mismo, con otro sexo, o con personas de su mismo sexo.


Sea como sea, a esto hay que negarse; hay que ir al centro y mostrar el rechazo y denunciarlo si hace falta, porque por un hijo, un padre hace lo imposible. Padres, no tengáis miedo a dar el paso firme en contra la dignidad de estos niños, aún inocentes, que quedarán dañados de por vida si no evitáis esta intromisión ideológica.


La libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, así como la de expresión, debe de estar amparada. Los católicos pedimos libertad para poder expresar nuestras creencias religiosas, filosóficas y políticas sin miedo a ser demandados o censurados. No podemos rendirnos ante los tribunales o la opinión pública. ¡Lucha por tus hijos!”

Alicia Beatriz Montes Ferrer

Máster en Ciencias para la Familia

                                                                                                              Orientadora Familiar