viernes, 18 de noviembre de 2022

LA TORRE DE BABEL

“Toda la tierra hablaba la misma lengua con las mismas palabras. Al emigrar los hombres desde Oriente, llegaron a una llanura en la tierra de Senaar, se asentaron allí y se dijeron: «Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos al fuego». Y emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de argamasa. Después dijeron: «Construyamos una ciudad y una torre que alcance el cielo, para hacernos un nombre, no sea que nos dispersemos por la superficie de la tierra». El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo y dijo: «Puesto que son un solo pueblo con una sola lengua y esto es el comienzo de su actividad, ahora nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Bajemos y confundamos allí su lengua para que no se entiendan los unos con los otros». El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad. Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí los dispersó el Señor por la superficie de la tierra”. (Gen.11,1-9)

Después del diluvio el Señor bendijo a Noé y a sus hijos Sem, Cam y Jafet, y les dijo: “Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra” y éstos se dispersaron por todos los pueblos de la tierra.

Sem y sus descendientes emigraron a Senaar, una región situada entre los ríos Tigris y Éufrates, al norte de Mesopotamia, y una vez asentados se propusieron construir una ciudad y una torre. En aquel tiempo los pueblos construían en el centro de sus ciudades torres muy altas en cuya cima erigían un templo o un santuario para las ofrendas a los dioses, a la que se subía por una rampa en forma de espiral. En la planta baja solía haber otro santuario. La torre era el centro de la vida cotidiana y el punto de comunicación entre el cielo y la tierra.

La idea de los emigrantes de Senaar de construir una torre era “hacerse un nombre” con intención de gozar de una fama entre los pueblos de la región para asentarse en firme en esa tierra. La frase “un solo pueblo con la misma lengua” puede interpretarse como que tenían el propósito de aspirar a una unidad lingüística, económica y cultural, y formar un gran pueblo, y en cuanto a que la torre “alcanzase el cielo”, es una expresión muy altanera para señalar que su altura sería impresionante. La torre, que fue construida con piezas de adobe y ladrillos, tuvo una altura de 60 metros.

El dicho “El Señor bajó a ver la ciudad y la torre” no deja de ser un simbolismo porque el Señor Todopoderoso no necesitaba bajar del cielo para ver la torre; preocupado por la soberbia y altivez de los habitantes de Senaar que se habían olvidado de Él, intervino para que hablaran diferentes lenguas y confundirlos. La torre no llegó a terminarse por ir contra la voluntad de Dios. Reinó la confusión entre las gentes de Senaar y a la torre inacabada se la llamó Babel, que significa confusión.

José Giménez Soria