Fuera parte de algunas Sarascarbonero que han montado su púlpito futbolero a “pie de campo” (¡menuda tontuna de frase han inventado!) para contarnos los bostezos de los jugadores reservas de la selección, mientras los titulares se rompen las espinillas, o si Del Bosque va a mover banquillo o no, a la mayoría de las féminas esto del Mundial les suena a tostón de campeonato, y se consuelan yendo de rebajas al cortinglés mientras los maridos se pegan al televisor.
Como la crisis no da para estrujar la tarjeta de crédito todos los días de partido, cuando la mujer no se va de compras, han de sobrellevar el mundial siguiendo unos sencillos consejos:
«No se deben hacer, bajo ningún concepto, las siguientes preguntas: “¿Cuáles son los nuestros?”, o “¿Vamos ganando?”. ¡Por Dios! Mirad, en la parte superior izquierda de la tele se ve el marcador. Otra, “¿Por qué lo agarra con la mano?”. Y menos ésta: “¿Si ganamos este partido, ya somos campeones?”. Y si vamos empatados o incluso perdiendo no se os ocurra insinuar que “¿Cuánto tiempo queda para terminar?”.
Si queréis compartir el ansia de triunfo de vuestros maridos, procurad un agradable ambiente, guardando silencio y con unos aperitivos y bebidas para amenizar el encuentro y, sobre todo, por favor, nunca, nunca, bajo ningún concepto, se os ocurra pasar por delante de la pantalla. Si fuera imprescindible, esperad a los anuncios o pasad a gatas».
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