martes, 13 de enero de 2009

GENOCIDIO


En España, ese terruño que muchos llaman con el mote de “este país”, existe un grupo de vividores compuesto por artistas de medio pelo, políticos, vagos, pájaros de mal agüero, y otros especímenes, que rinden pleitesía al ilusionista Mayor, al que maliciosamente muchos apodan “ZP”, porque les echa de comer a costa del bolsillo de los españoles trabajadores. Hay gente muy mal intencionada que llaman a ese grupo con el mote de “titiriteros”, para estar a la altura de los pueblos de España, alias “este país”, donde el apodo es tan común entre sus habitantes, que la mayoría no conoce el nombre y apellidos del DNI de sus convecinos.

Los “titiriteros” son empleados de una gran empresa poco productiva, naturalmente subvencionada por el Gobierno para subsistir, y cuyo principal objetivo es el de salir a la calle a manifestarse, a la voz de “ar” del ilusionista Mayor, contra las causas injustas. Se han hecho famosos en todo el orbe “creyéndose” haber conseguido con su tenacidad detener guerras, firmar armisticios, lograr la paz de las naciones, o derrocar dictaduras (sic). Cuando su productividad sube, el ilusionista Mayor les promete una buena propina, como hace con todo el mundo. Otra cosa es que se la pague.

El fin de semana pasado se echaron a la calle madrileña para arremeter contra Israel por el “genocidio –dicen- que está cometiendo en Gaza”, y ganarse la propina del ilusionista Mayor e irse de rebajas para comprar algo con que modernizarse porque están algo “retros”. Dieron las voces de rigor, lanzaron las consignas habituales, acusaron al pobre Abel, -que dicho sea de paso está en los huesos-, de todos los males, y se marcharon a tomarse unos vinos pagando a escote.

Hablando de genocidios: los “retros titiriteros” dejan pasar las mejores. En 2007 ha habido en España un genocidio mucho mayor que el de Gaza ahora. Abortaron, por la cara, a 112.138 seres humanos antes de llegar a ver la luz exterior con sus diminutas retinas. De nada les sirvió la defensa del vientre materno, ni la productividad de los “titiriteros” subvencionados, que sí montaron un cirio por los casi 1.000 muertos de Gaza, pero ni encendieron una vela por los más de 100.000 de las clínicas abortivas, ni tampoco se les vio el pelo ante tal espanto.

El espanto va a seguir porque el ilusionista Mayor, con los medios que tiene a su disposición, va a promocionar la muerte de bebés no nacidos sirviéndose de una ley de plazos que salte por encima de la doctrina del Tribunal Constitucional de “protección a la vida del «nasciturus»/embrión”. Pero los “titiriteros” siguen mudos y ausentes.

Ante tamaño estremecimiento la campaña ‘Derecho a vivir’ trata de dar a conocer a la sociedad la dura realidad del aborto, a través de la comunicación y la movilización para que las Cortes rechacen el proyecto de ley en tramitación. En el cartel de más arriba se incluye información de cómo apoyar esta campaña. ¿La apoyarán los “retros titiriteros”?

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