domingo, 3 de mayo de 2015

LAS CRUCES.

Aunque la Iglesia celebra la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz el 14 de septiembre, entre los creyentes está enraizada la celebración de un festejo en torno a la Cruz el día 3 de mayo cuyo origen, según una antigua tradición, se halla en el hallazgo de la cruz de Cristo por Santa Elena, la madre del emperador Constantino hacia el año 326.

La fiesta, conocida popularmente como “las cruces”, tiene como elemento central la Cruz, que se expone en lugar visible adornada con flores y objetos diversos. A su alrededor se crea un ambiente familiar y de amistad en el que no faltan bailes, música, comida y bebida.

Desde que Cristo murió crucificado, la Cruz se ha convertido en el símbolo y señal del cristiano. De estar considerada como el instrumento de una muerte indigna, pasó a ser la marca de la Redención. En el Vía Crucis que el Papa Francisco celebró la pasada Semana Santa, dijo, “La Cruz de Cristo no es una derrota, es amor y misericordia”. La Cruz es camino de la Redención.

En este festejo de mayo, la Cruz aparece sola, como quedó cuando Cristo, una vez certificada su muerte, fue desclavado de ella por José de Arimatea y Nicodemo, y depositado en brazos de su Madre en presencia de San Juan y las mujeres. El episodio del descendimiento autorizado por Pilato para permitir la sepultura de Cristo ha sido objeto de numerosas pinturas, como la magnífica obra de Rogier Van der Weyden que muestra la imagen, cuyo original se encuentra en el Museo del Prado en Madrid.
 
 
La escena contiene diez figuras colocadas de modo que todas se ven. En el centro, Cristo muerto es sostenido por José de Arimatea, Nicodemo y un ayudante. Al ver a su Hijo, María cae desmayada socorrida por San Juan y una de las mujeres. Están María Magdalena, María la de Cleofás y Maria Salomé. En un segundo plano la Cruz, que permanece para gloria y exaltación de Cristo.   La cruz es llamada también gloria y exaltación de Cristo.

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