El sábado 6 de diciembre por la tarde, el Aula Pablo VI de la Ciudad del Vaticano fue el escenario para las 3.000 personas necesitadas que asistieron al VI Concierto con los Pobres, una tradición que nació del corazón del Papa Francisco. El Santo Padre León XIV acudió y destacó el poder sublime de la música.
El Papa León describió la música como un "puente que nos conduce a Dios", capaz de transmitir "sentimientos, emociones, hasta los movimientos más profundos del alma", transformándolos en una "escalera ideal que conecta la tierra y el cielo". La música no es "un lujo para unos pocos, sino un don divino accesible a todos, ricos y pobres". Esta elevación del alma no es una distracción de las miserias o una forma de aturdirse ante los problemas, sino un recordatorio esencial:
"¡Somos mucho más que nuestros problemas y nuestras dificultades, somos hijos amados por Dios!".
No es casualidad que la festividad de la Navidad esté llena de cantos, ya que es imposible "celebrar este Misterio sin música, sin himnos de alabanza". Citando el Evangelio, recordó que, en el nacimiento de Jesús, hubo un "gran concierto de ángeles" escuchado por los pastores, los sencillos que vigilaban sus rebaños.
De cara a la próxima Navidad, el Papa invitó a todos los participantes, y por extensión a toda la Iglesia, a prepararse en este tiempo de Adviento para el encuentro con el Señor que viene. Instó a evitar la pesadumbre en el corazón o que quede atrapado por intereses egoístas y preocupaciones materiales. Por el contrario, llamó a mantener el corazón "despierto, atento a los demás, a quien lo necesita".
En el concierto intervinieron el Coro de la Diócesis de Roma dirigido por el Maestro Mons. Marco Frisina, la Nova Opera Orchestra, y como invitados Michael Bublé y la Señora Serena Autieri. El objetivo es estar "listos para escuchar el canto de amor de Dios, que es Jesucristo".
Al final de su saludo, el Pontífice concluyó con una invitación: "Sí, Jesús es el canto de amor de Dios para la humanidad. ¡Escuchemos este canto! Aprendámoslo bien, para poder cantarlo también nosotros, con nuestra vida".
Manifestó una alegría especial al acoger a
los "hermanos y hermanas" por quienes se había vivido este concierto,
finalizó con su agradecimiento y
bendición y deseó a todos un "feliz camino de Adviento y Feliz
Navidad".
Sebastián
Sansón Ferrari.
Ciudad del Vaticano
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