Echar una parrafada con Dios de vez en cuando, conforta. Es un buen propósito para hacerlo al empezar el año, y si no se encuentra una iglesia abierta, que puede ocurrir, se hace un alto en el lugar de trabajo, y vale. Dios escucha en lo escondido.
Para facilitar este propósito en España hay más de 70 capillas de Adoración perpetua abiertas las 24 horas del día. Las más reciente se abrieron el año pasado en Fuenlabrada, Lucena, Herencia, Gerona, Madridejos y Málaga; y están previstas otras nuevas, como la de Vilassar de Mar, en Barcelona.
En la travesía de Belén, en el madrileño barrio de Chueca, hay una puerta que no llama la atención. Está frente a varias tiendas de accesorios y por la apariencia del edificio nada parece indicar que ahí se puede acudir a rezar las 24 horas del día todos los días de la semana. Sobre la puerta luce un cartel que dice: “Capilla `cachito de cielo´”.
El lugar, regido por las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada, siempre atentas y disponibles, es una capilla con mucho encanto, abierta las 24 horas, donde se lee “Jesús te espera” y se siente la presencia acogedora de Dios.
Justo Antonio Lofeudo, sacerdote de la diócesis de Orihuela-Alicante, explicó en el programa De par en par que la Adoración perpetua es como una respuesta al primer mandamiento de la ley de Dios: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”.
Todas estas capillas están llevadas por laicos y se ubican en el centro de las ciudades para que cualquier persona pueda ir a estar con el Señor en cualquier momento del día o de la noche. En ellas se expone a Jesús Sacramentado los 365 días del año. En muchas, como en la malagueña del Carmen de Huelin, los adoradores se organizan por turnos para que siempre haya alguno. Los turnos son de una hora fija semanal, pero si no se puede acudir por alguna razón, los adoradores se ocupan de buscar quien cubra el hueco.
En un mundo lleno de problemas, estrés y ruido es difícil encontrar un espacio para desarrollar nuestra relación con Dios. Las capillas de Adoración perpetua son ese espacio donde se encuentra paz y donde escuchar las respuestas del Señor.
Clara González
Redactora
de Religión y Graduada en Historia
y Periodismo por la Universidad San Pablo CEU
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