El 31 de diciembre pasado se abría la Puerta Santa de la Catedral de Santiago, en señal de inicio del Año Jacobeo 2021. La Casa del Apóstol Santiago quedaba abierta a cuantos devotos, fieles, peregrinos y personas de buena voluntad acudan con el propósito de ganar el Jubileo, la indulgencia plenaria de todos los pecados.
La Solemnidad de Santiago el Mayor, día central del Año Santo
Compostelano, invita a acercarnos al Apóstol para obtener las gracias del
Jubileo: “Se concede salud a los enfermos, se devuelve
la vista a los ciegos, se les suelta la lengua a los mudos, se les abre los
oídos a los sordos, se les da sana andadura a
los cojos, se les otorga la liberación a los endemoniados, y lo que es
más grande, se atiende a las preces de
las gentes fieles, se abre el cielo a los que a él llaman, y todos los pueblos
de todos los climas del mundo acuden a montones, llevando ofrendas en alabanza
del Señor”
Ganar el Jubileo obliga a los peregrinos a atravesar la Puerta Santa de la Catedral, tras recorrer en peregrinación el Camino de Santiago. El Camino de Santiago es un acto netamente religioso, no es una ruta cultural ni turística ni gastronómica, por mucho impacto económico que se le atribuya. El Camino es una ruta de superación para subir más alto y atender la cita Evangélica “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. La dimensión espiritual de la peregrinación a Santiago de Compostela, igual que a Roma y a Jerusalén, hunde sus raíces en la Palabra de Dios.
Hacer el Camino de Santiago no basta para ganar el Jubileo, que es la intención del Año Santo desde que empezó a celebrarse en 1126; hay que cumplir otros requisitos: Visitar la tumba del Apóstol, rezarle unas oraciones y recibir los sacramentos de la confesión y comunión.
El Año Jacobeo 2021 es el tercero que se
celebra en el siglo XXI.
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