La Biblia ha sido durante siglos fuente de fe y reflexión, pero
también un tema de debate entre la religión y la ciencia. Si bien muchos de sus
relatos son considerados sagrados, no siempre han sido respaldados por pruebas
históricas.
A lo largo del tiempo, científicos y arqueólogos han cuestionado la exactitud de varios episodios bíblicos, especialmente los que describen eventos y construcciones de épocas remotas.
Un reciente descubrimiento arqueológico en Jerusalén ha confirmado la veracidad de un relato que había sido puesto en duda durante décadas. La ciencia ha demostrado que un pasaje de la Biblia, específicamente el que describe la construcción de una muralla en la antigua Jerusalén, es históricamente exacto.
Se confirma que parte de la antigua muralla que rodeaba Jerusalén fue construida por el rey Ozías, como se indica en el libro sagrado.
La evidencia arqueológica sugería que la fortificación había sido construida por el rey Ezequías en respuesta a la destrucción del reino de Israel por parte del Imperio Asirio. Sin embargo, este nuevo estudio demuestra que la sección oriental de la muralla, en el área de la Ciudad de David, fue construida antes, después del gran terremoto de Jerusalén, para la expansión de la ciudad durante el reinado de Ozías.
"Ahora se ha aclarado que es de la época del rey Ozías", explicó Joe Uziel de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA). "Originalmente, se pensaba que los muros fueron creados hace 2700 años, durante el crecimiento hacia el oeste de Jerusalén”. En el libro 2 Crónicas 26:9 del Antiguo Testamento, se indica que parte de las fortificaciones fueron obra del Rey Ozías: "Construyó torres en Jerusalén, en la puerta del Angulo, en la puerta del Valle y en la Esquina, y las fortificó”.
Este descubrimiento ha sido posible gracias a nuevas técnicas que determinan la edad de las fortificaciones. Elisabetta Boaretto, del Instituto Weizmann, señaló que las pruebas con carbono 14 no eran satisfactorias, ya que daban un rango de entre 200 y 300 años. Con las nuevas técnicas, se ha logrado reducir el rango a un período de 10 años, y ha permitido precisar la época en la que fueron construidos los muros.
Otra de las conclusiones del estudio es que la expansión de Jerusalén se produjo cinco generaciones antes de lo que se creía. Esto se debió al crecimiento interno de la población, no a la llegada de refugiados de otros países. Este descubrimiento no solo confirma un pasaje bíblico, sino que también aporta nueva información sobre la historia de Jerusalén y su desarrollo durante la época de los reyes.
José Giménez Soria
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